martes, 20 de septiembre de 2011

Luego de la exposición mediática del tema del enfrentamiento entre el vicepresidente Angelino Garzón y el presidente Juan Manuel Santos por las cifras de la pobreza en Colombia, Garzón salió a recomponer las relaciones y a entregar un mensaje de unidad.

Al terminar una reunión con el mandatario colombiano en la Casa de Nariño, Garzón declaró a los periodistas que está comprometido con las políticas del Gobierno y que “hoy estamos mucho más unidos que cuando ganamos las elecciones”.
“Quiero reiterar mi compromiso como vicepresidente con todas las políticas que de manera integral viene promoviendo el presidente de la República, y uno de los ejes fundamentales es la lucha contra la pobreza y el desempleo”, afirmó Garzón.

El vicepresidente lanzó un “mensaje de unidad en la diferencia por el bien de Colombia”.
Continuaremos con “la lucha a fondo por la seguridad contra la criminalidad organizada, la lucha a fondo por la prosperidad democrática, lucha a fondo contra la pobreza y por salarios justos y empleos decentes”, resaltó Garzón.

Aseguró también que acordaron, al interior del gobierno, que las situaciones difíciles serán atendidas por los ministerios en una política de “promoción del diálogo social”.

De esta forma quedarían superadas las diferencias que han sido ventiladas en los medios de comunicación. Garzón aseguró estar las 24 horas a disposición del presidente Santos “para cualquier labor que él me encomiende”.

Este lunes, durante un encuentro de alcaldes y secretarios de planeación en Pasto, el vicepresidente respondió a las recientes declaraciones del primer mandatario y aseguró que no va a dejar de opinar.

“No voy a renunciar, porque es un principio de vida, ni al derecho de pensar ni al derecho de opinar”, sentenció el vicepresidente, quien además recalcó que él no es empleado del Gobierno. “Defiendo como gato patas arriba que ese derecho lo tenga todo ser humano en nuestro país”.

Juan Manuel Santos había dicho el sábado que aunque “la controversia es bienvenida”, la idea es que las diferencias “se discutan al interior del Gobierno y que cuando se llegue a acuerdos el Gobierno siente su posición al respecto”.

Garzón respondió diciendo que él cumple las funciones que le delegó el presidente, y si Santos decide quitárselas, “me tendré que ir con el cargo a la casa pero sin perder el derecho a opinar”, aseguró.

“Yo no soy empleado del Gobierno. Yo soy vicepresidente elegido por voto popular y por generosidad del señor presidente cumplo unas funciones. Pero mañana si el presidente decide que no las tengo, pues está actuando de acuerdo a la ley”, sentenció Garzón.

Este es el último capítulo de una controversia que comenzó cuando Garzón cuestionó el método de medición de pobreza de Planeación Nacional, que permitía afirmar que una familia de cuatro personas, con ingresos superiores a los 760.000 pesos mensuales, sería excluida de la línea de pobreza, cuestionamientos que la semana pasada motivaron diferentes opiniones al interior del Partido de La U y otros sectores.

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